E. 5 Conflicto y Memoria Histórica (Segunda Parte)

 

Este episodio está dedicado a la memoria de todas las víctimas fallecidas o desplazadas por la violencia en Colombia y América latina. 

Su voz, será escuchada. 

Finalizamos nuestro especial sobre Conflicto, Memoria Histórica y Optimismo Consciente en compañía de nuestra invitada la Dra. Tatiana Duplat Ayala.  Proponemos reflexiones profundas desde diversos ángulos que nos permitirán comprender mejor nuestro presente, revisando el pasado; además de sus reflexiones sobre la literatura de violencia, la lectura en general y la importancia de las bibliotecas como centros de recreación del conocimiento.

La Doctora Tatiana Duplat Ayala es historiadora de la Pontificia Universidad Javeriana de Bogotá, Colombia y fue galardonada con el Premio Nacional Otto de Greiff a Mejores Trabajos de Grado en su primera versión. Obtuvo su doctorado en  Historia en el Programa de Paz y Conflictos de la Universidad de Granada, España; también tiene una faceta musical determinante en su vida, cursó el Ciclo Básico de Estudios Musicales con énfasis en violonchelo en la Universidad Nacional de Colombia. Ha participado en el diseño e implementación de proyectos nacionales, en el marco de procesos de cambio social y construcción de paz en Colombia como asesora del Ministerio de Cultura, socia fundadora y directora de proyectos de la firma Caracola Consultores, fue directora de Señal Memoria de RTVC y gerente de la Red Distrital de Bilbliotecas Públicas de Bogotá - BibloRed.  recientemente se desempeñó como Directora de Contenidos de la Alcaldía Mayor de Bogotá (Colombia).

En su libro Paz en la guerra (Reconciliación y democracia en el alto Ariari), Tatiana investiga y comparte una historia de violencia y reconciliación como pocas se han retratado en Colombia, por lo cual creo que hay lecciones importantes que quizás nos hemos perdido no desde la guerra, sino, desde la paz. 

Todos los conflictos protagonizados por el ser humano podrían resumirse a la causa del poder. Siempre encontraremos sutiles variaciones pero parece que todo ha estado siempre encaminado a que alguna de las partes domine y prevalezca. La violencia que se ejerce en muchos de estos conflictos ha moldeado la historia humana y de ello conversamos con la Dra. Tatiana Duplat en el episodio anterior. Centenares de ejemplos de cómo nos hemos matado los unos a los otros por la ostentación del poder o la defensa de la superioridad moral de alguna causa. También pudimos establecer que en esa reconstrucción de la historia que permanentemente hacemos desde el presente, es necesario que las partes involucradas dialoguen y de cierto modo “negocien” la veracidad de los relatos. Por eso hablamos de memoria histórica y de su importancia para que las versiones de los hechos puedan consolidarse como un relato más o menos unificado que ayude a generaciones posteriores a comprender su pasado, así como nosotros nos esforzamos por establecer con más rigor todo aquello que escribimos con nuestros actos, desde el presente. Como colombianos hemos sufrido por las consecuencias devastadoras de la guerra en nuestro país durante seis décadas y sanar las heridas no va a ser fácil. No importa dónde estés o cuál es tu nacionalidad, el conflicto cotidiano y las formas de violencia también han alcanzado tu comunidad de una u otra forma, en el episodio anterior también pudimos echar un vistazo a otras formas de violencia en América Latina y España como la difícil problemática de las pandillas en El Salvador, las terribles secuelas de las poblaciones armadas en México o la destrucción que asoló España durante los tiempos del activismo de ETA. Por eso es nuestra obligación moral y de ciudadanos, volcarnos a un análisis mínimo de esas condiciones bajo las cuales hoy, como Ciudadanos del mundo estamos dispuestos a vivir, a escribir nuestra propia historia. 

No es fácil escuchar a nuestras viudas o huérfanos clamando justicia en medio de los horrores de la guerra. Así mismo es admirable la entereza con la cual las víctimas del conflicto han levantado la cabeza para tratar de rehacer sus vidas y en un esfuerzo de reconocimiento del dolor, han intercambiado perdón y olvido, en muchas circunstancias, al menos, en las que humanamente podría concebirse olvidar. “Yo perdono pero no olvido” es una expresión popular que a lo largo de los años se ha interpretado de muchas formas, a conveniencias particulares o de acuerdo a cada situación. Los esfuerzos de muchos gobiernos al tratar de establecer la paz en sus diferentes tratados, han estado centrados en entregar información, reconstruir los hechos de la manera más verosímil posible y que los actores en sus diferentes roles pidan y así mismo otorguen el perdón para luego emprender el largo camino de la sanación. ¿Olvidar? Es difícil pedir el olvido, pero sin el perdón y la intención de pasar la página, ningún proceso de reconciliación verdadero podría ocurrir. 

En el episodio anterior hablamos sobre la manera en que nos hemos adaptado a las formas de confrontación, belicismo y conflicto audiovisuales que Hollywood nos ha vendido por décadas; presenciando sangrientas batallas ya con poca sensibilidad ante el espectáculo de la violencia, desde los combates cuerpo a cuerpo protagonizados por William Wallace  y su ejército buscando la independencia de Escocia en el siglo XIII, hasta el desembarco en Normandía de las tropas aliadas intentando recuperar la Francia ocupada por los Nazis al filo de la segunda guerra mundial.

Sumergidos en esta cultura, crecimos durante las últimas décadas sin poner en la balanza nuestros conflictos armados reales, los que movilizaron miles de familias campesinas, los que aturdieron con terrorismo las capitales del país,  frente a aquellos que disfrutábamos cómodamente desde el sillón de nuestras salas. Quienes se encargaron de revisar la historia y se preocuparon por narrarlo utilizando cualquier medio, fueron en realidad una minoría ante los cuales deberíamos estar agradecidos.

No estamos condenados a ciclos de violencia, es posible romper con las cadenas que desde hace décadas nos aprisionan como una cultura de la agresión, existen otras maneras de mirar el pasado, comprenderlo y aprender a celebrar un presente diferente. Perdonar para olvidar, olvidar y perdonar, entregar al otro en el acto de reconocimiento más sublime, la oportunidad de seguir adelante bajo el compromiso ineludible de nunca más volver a hacer  o padecer el daño. La memoria histórica nos salva, fortalecernos como colectivos responsables de la escritura y revisión de su propia historia es la asignatura pendiente. Algunos han dado los primeros pasos, en medio del dolor, el sufrimiento y el sentimiento inminente de actuar bajo un absurdo. Como bien Tatiana lo menciono, Hace milenios comprendimos que nos iba mejor juntos y colaborando como especie”, por eso a las víctimas que tanto han cargado  a sus espaldas, No podemos dejarlas solas ahora, cuando más lo necesitan, como ciudadanos, también nosotros somos protagonistas. Porque la paz, solo es posible entre todos.

NOTAS

NOTAS DEL EPISODIO

1. Tatiana Duplat Ayala  en Twitter https://twitter.com/tatianaduplat

2. PAZ EN LA GUERRA  https://libreriasiglo.com/ciencias-sociales-y-humanidades/60648-paz-en-la-guerra-reconciliacion-y-democracia-en-el-alto-ariari.html#.XwECL55KhQI

3. La voz de las víctimas del conflicto armado colombiano en youtube 

https://www.youtube.com/watch?v=7oKVCY-raH0

 
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